Esta descripción se refiere a la mayoría de las armas de fuego, excluye a las escopetas, u otro tipo de armas con cañones lisos.
Como sabemos, las armas de fuego funcionan en general mediante un proceso quimico-mecanico, en el cual la energía cinética de una aguja percutora, golpea contra un iniciador o fulminante, que contiene un producto químico explosivo generalmente derivado del mercurio (fulminato) que convierte esa energía en calor de manera instantánea. Ese calor se traslada al propelente, mezcla química, cuya función principal es la de generar gases para empujar el proyectil hacia el exterior del cañón.
En este proceso, las distintas partes del conjunto arma-munición entran en acción,
la vaina, hecha de un metal elástico se hincha con la presión de los gases para vedar la recamara, e impedir que los mismos escapen por la parte posterior del arma. Las armas de fuego, tienen un espacio que queda entre la parte estriada del cañón y la recamara donde esta alojada la vaina; este espacio se denomina free-board, y esta diseñado para permitir un vuelo libre de la punta, y que se sigan generando gases, luego la punta avanza hacia la boca del cañón del arma, disminuyendo abruptamente al llegar al sector de estrías, en ese punto aumenta drásticamente la presión en el interior de la vaina, hinchándola, para vedar las paredes de la recamara, y la punta comienza a avanzar al principio lentamente, por efecto del roce producido contra las paredes del cañón estriado, tomando entonces la estría, marcando la superficie de la bala, haciéndola girar acompañando las estrías como si fuera un tornillo, ese giro es el que le va a dar una trayectoria mas o menos recta por efecto de la fuerza centrifuga. Durante el desplazamiento de la punta hacia el exterior, el propelente (combinación química propulsora) sigue generando gases que siguen empujando la bala (es en este punto que podemos entender la importancia de los tipos de pólvora para los diferentes tipos de armas, ya que pólvoras muy rápidas de las utilizadas para armas cortas, pueden terminar de quemarse antes que la punta abandone el cañón, por lo que la bala quedaría parada en ese punto, a su vez si utilizamos pólvoras lentas en armas cortas, perdemos la eficacia, ya que esta seguiría quemándose, aun después de la bala haber abandonado el arma, desaprovechando los gases.).
En conclusión: es un error de concepto pensar que la pólvora "explota", si esto ocurriera no empujaría la bala, si no que rompería la vaina, la recamara etc. Entonces el ruido que escuchamos, y que nos hace pensar en la explosión, es en realidad el ruido provocado por la rotura de la barrera del sonido, por los gases residuales que salen de la boca del arma, y por la punta, cuando la abandona. Por eso a mayor el diámetro de proyectil, por ende su masa, y la cantidad de propelente, que genera mayor volumen de gases, mas fuerte es el estampido.
Otro mito que precisamos revisar es que el proyectil precisa una cierta distancia para tomar velocidad, en realidad la máxima velocidad se alcanza en la boca misma del arma, al abandonar las estrías y volar libremente, ya que en ese instante, la bala pierde el empuje provocado por los gases, y comienza a desacelerarse por la fricción con el aire.
Funcionamiento de una AK-47:
Funcionamiento de una pistola semiautomática:
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